A pesar de las evidentes ventajas que conllevó la implantación del euro en el 2002 (tales como la protección que supone frente a las crisis económicas o librarnos de las devaluaciones monetarias), también ha implicado el incremento de los precios con respecto a nuestros países vecinos, debido a las desventajas de pertenecer a un sistema monetario más rico.
Por lo tanto, los productos básicos como las patatas, el pollo o el pan se han encarecido en más de un 50%, y el porcentaje medio en el aumento general de la cesta de la compra se cifra en un 38.5%.
A causa de esta situación, la inflacción acumulada alcanza un 23.1%, debido a la diferencia entre el incremento del IPC y a los ya mencionados precios. Además, medidas como el redondeo al alza y el estancamiento de los salarios han contribuido a la progresiva pérdida de poder adquisitivo de los españoles. Es decir, la posesión del Euro, al igual que ha conllevado ventajas, también nos genera inflacción.
By Steve, MeryRo & Manza.
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